lunes, 22 de octubre de 2018

VARIABLES METEOROLÓGICAS: VIENTO Y HUMEDAD ATMOSFÉRICA


Alejandra Pizarnik: Hija del viento.  Fuente: AP


1.   INTRODUCCIÓN



La presión y el viento son dos magnitudes atmosféricas estrechamente relacionadas entre sí. El principal motor que impulsa al aire a moverse es la diferencia de presiones existentes entre distintos lugares, de tal manera que el aire se pone en movimiento precisamente para paliar esos desequilibrios de presión. A su vez el viento, al desplazar masas de aire desde unos lugares a otros, genera vacíos y agolpamientos de aire que contribuyen a alterar la distribución de las presiones (Pita, 2009). Dada esta conexión entre ambas variables, su estudio se desarrolla, por lo general, de manera conjunta. 


Debido a que la atmosfera es un fluido que se desplaza en todas las direcciones obedeciendo a un desequilibrio de presiones, es lógico que exista una interrelación entre los movimientos verticales y horizontales del aire. En la atmosfera todos los movimientos se encuentran conectados y son estrechamente interdependientes, de forma que cualquier movimiento horizontal conduce a un movimiento vertical, y viceversa. El viento siempre se desplaza desde las zonas de alta presión hacia las de baja presión, presentándose en los primeros agolpamientos de aire y vacíos en las segundas. Por lo general en las zonas de alta presión existe acumulación de aire que obliga a que este diverja desplazándose hacia zonas de baja presión en las que, por su naturaleza, se presentan deficiencias o vacíos de aire. En estas últimas el aire tiende a escapar, ya sea debido a efectos térmicos o dinámicos. La configuración zonal de sistemas de baja y alta presión determina el movimiento atmosférico y la intensidad de este.


El aire, en el plano general, se mueve en función de compensar los desequilibrios de presión y debido al movimiento de rotación de la tierra. Las diferencias de presiones están íntimamente ligadas a las diferencias térmicas experimentadas por la superficie terrestre al absorber la radiación electromagnética proveniente del sol. Como la superficie no es uniforme, sino que más bien presenta una gran variedad de cubiertas que absorben o reflejan la radiación solar de maneras distintas, así también se configuran diferencias marcadas en la presión que el aire ejerce sobre la superficie, siendo esta mayor en las superficies en donde se presenta menos calentamiento y viceversa, siempre que consideremos un mismo nivel horizontal. Sin embargo, es necesario considerar otros factores que entran en juego, más allá de lo que concierne a la temperatura, a la hora de hacer un análisis para determinar cuan altas o bajas pueden ser las presiones en un lugar determinado y como estas pueden inducir el movimiento atmosférico. Dos de estos factores son la latitud y la altitud, ya que en función de estos la densidad del aire varía y con ello, efectivamente, varían las presiones.  



2.   CONCEPTO Y MEDICIÓN DEL VIENTO


El viento se define como el movimiento horizontal o parahorizontal del aire. En este concepto se deja de lado el movimiento vertical del mismo, el cual tiene una componente mucho menor a pesar de su gran importancia para la comprensión de numerosos fenómenos meteorológicos. Sin embargo, es necesario aclarar que los movimientos horizontales que constituyen el viento se deben entender como movimientos relativos respecto a la superficie terrestre y no como movimientos absolutos. 


Como ya se sabe, la tierra realiza un movimiento de rotación alrededor de su eje en dirección W – E y la atmosfera, adherida a ella por la atracción gravitacional, realiza ese mismo movimiento en simultaneo. Para un observador en tierra este desplazamiento del aire no resulta apreciable porque es sincrónico con su propio desplazamiento, de ahí que no se califique como viento. Solo cuando el movimiento horizontal del aire es diferente en dirección o velocidad al realizado por la superficie terrestre adquiere para dicho observador la categoría de viento. Así, un viento del W debe entenderse como un desplazamiento del aire en dirección W-E a velocidad superior a la rotación terrestre. Por otra parte, un movimiento del aire en dirección W–E, pero a menor velocidad que la rotación, será calificado como viento del E. Por último, un desplazamiento horizontal del aire con dirección W-E con velocidad idéntica a la rotación de la tierra, será calificado como viento en calma. Descarga el documento completo aquí


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