viernes, 8 de enero de 2021

EDUCACIÓN, CIENCIA Y CULTURA EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

 

Fuente: Asociación GAIA. https://gaia.org.ar/educacion-y-cultura/

La sociedad de hoy adolece de un proceso de aprendizaje inclusivo y continuo que permita avanzar en la consolidación de valores que coadyuven al desarrollo participativo de todas las vertientes sociales. Esto, con el fin de progresar hacia la cohesión de los tejidos que fortalezcan el camino hacia un entorno que propicie la integración alrededor de la ciencia y el conocimiento como ejes de crecimiento y la transformación social.

Es fundamental que en un complejo escenario en donde la información hace presencia y fluye de manera masiva como nunca antes, el conocimiento brote como resultado de un proceso de aprovechamiento de esta como fuente impulsora de integración cultural y democracia. Además de ello, pasar a la sociedad del conocimiento requiere el fomento de las iniciativas sociales en un ambiente de oportunidades y facilidades para las diferentes expresiones culturales desde diferentes ámbitos geográficos y demográficos.

El apoyo de las tecnologías de información y comunicación se convierte en un impulso en busca del acercamiento cultural y la asimilación de las diferencias en ese ámbito como eje de interacción y fomento del intercambio de experiencias y percepciones de la vida, del mundo, de la sociedad, del desarrollo y de las diferentes bases sobre las que se asienta cada cultura y cada sociedad. La sociedad del conocimiento es ante todo una sociedad solidaria en la que la información fluye y fomenta la inclusión mediante el acercamiento cultural.

Propiciar un enfoque integracionista en el que la educación y el aprendizaje sean los motores de desarrollo de la sociedad, en el que la ciencia y la tecnología, la investigación y la innovación acerquen culturas y sociedades y, además, dinamicen la movilización hacia el intercambio cultural y el respeto por el medio ambiente requiere de un compromiso que va desde lo micro a lo macro, desde lo local a lo mundial, desde pequeños grupos sociales hasta naciones. La educación de hoy no puede avanzar dando la espalda a la creación de un entorno que fomente el desarrollo de las inmensas potencialidades humanas en un escenario libre e inclusivo que inspire e impulse la vocación del ser.

La visión del desarrollo desde una óptica economicista ha propiciado que la educación esté a la orden de dicho enfoque, generando que el proceso educativo se encause en suministrar fuerza de trabajo a los diferentes sectores económicos abanderados del progreso, tal como se propone desde diferentes enfoques avalados por la UNESCO. No está mal que la industria y la academia comulguen y se integren para que cada día el personal que entra al campo laboral esté mejor calificado y pueda servir mejor a la sociedad desde ese ámbito; lo que si preocupa es si en realidad se está fomentando adecuadamente que el estudiante de rienda suelta a su vocación e identifique los elementos que lo motivan y lo inducen a centrarse en la realización de una actividad determinada.

Es normal hoy, cuando se le pregunta a un estudiante de secundaria el por qué le gustaría escoger una carrera específica, recibir como respuesta que esta genera más dinero que otras, colocando por encima de cualquier gusto, afición o vocación, el deseo rentístico. Aquí se evidencia una problemática que se debe resolver desde varios enfoques y varias vertientes; pero, sobre todo, creo que el diseño curricular y el enfoque que este siga son determinantes para fomentar la búsqueda del estudiante de incentivos diferentes y la exploración e investigación de nuevos campos del saber que lo podrían conducir a una mayor realización desde lo profesional y aún más desde lo personal.

La situación no solo se circunscribe al entorno educativo de la secundaria. Este también se evidencia desde los primeros pasos, cuando el estudiante transita por la primaria. Es importante preguntarse ¿Cuáles son los elementos incentivadores que permitan al niño ir encausándose en el desarrollo de su vocación? ¿el currículo promueve que el estudiante se sumerja en esa búsqueda? Pues, el diseño curricular es parte activa de la problemática y también de su solución. Este debe ir más allá del rigor estructural y de lo cuantitativo. Debe inmiscuirse en el fomento de las potencialidades y el desarrollo de las capacidades del estudiante enfocado en la vocación de este. En esto difiero de lo establecido desde otros enfoques (Punie 2007, Carneiro 2007 y Anderson 2014).

Si el estudiante desarrolla su vocación y a través de ella sirve a la sociedad entonces el proceso pedagógico habrá alcanzado su objetivo fundamental. Entonces la sociedad del conocimiento será una realidad.


Bibliografía

 

Lévy, P. (2017). La cibercultura y la educación. Pedagogía y Saberes. Recuperado de https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/PYS/article/view/6234/5687

UNESCO. (2005). Informe mundial de la UNESCO. Hacia las sociedades del conocimiento. París: UNESCO.

Scott, C.L. 2015. El futuro del aprendizaje (i) ¿Por qué deben cambiar el contenido y los métodos de aprendizaje en el siglo XXI? Investigación y Prospectiva en Educación UNESCO, Paris. [Documentos de Trabajo ERF, No. 13].

Scott, C.L. 2015. El futuro del aprendizaje 2 ¿Qué tipo de aprendizaje se necesita en el siglo XXI? Investigación y Prospectiva en Educación UNESCO, París. [Documentos de Trabajo ERF, No. 14].


Nelson Vásquez Castellar